domingo, 28 de agosto de 2011

El valor de la palabra

Luego de mucho estrés, conversaciones, diálogos y discusiones, hacer un pequeño análisis nunca es malo, pero cómo empezarlo? Simple, así:

De la certeza a la incertidumbre hemos pasado las últimas 48 horas, pero esos estados han cambiado debido al miedo, pero miedo solo a las amenazas que pueden hacernos perder esa oportunidad valiosa de estudiar y no porque perdemos nuestros ideales, es incorrecto tener ese temor? No somos quienes para no sentir eso, pero si necesitamos tener la convicción de abandonar ese miedo y lanzarnos a la vida por una sencilla razón: DEBEMOS SER CONSECUENTES CON NUESTRAS DCISIONES, pues hace unas horas tomamos una posición que conlleva un compromiso que DEBEMOS respetar, puesto que hay que darle el valor que corresponde a nuestra palabra empeñada, si no lo hacemos nosotros quién? Por lo mismo debemos partir por casa. Por otro lado, si no respetamos nuestra palabra perdemos el derecho irrestricto a pedir respetar acuerdos y compromisos, exigir consecuencia y no caer en los errores que están cometiendo otros.

Después de aclarar nuestras mentes disminuyendo ese miedo e incertidumbre con la idea de ser personas íntegras, con valores, que respetamos decisiones, democracias y el trabajo realizado estos meses, debemos pensar en ir más allá aun, para que los que no tienen claro el escenario no desbaraten este movimiento que ha actuado lo más responsable que ha podido y eso mismo es lo que ha influido mayormente en el apoyo creciente de la ciudadanía.

En primer lugar, debemos intentar contribuir a la idea y decisión tomada el viernes haciendo entender a los dudosos qué es lo que hay y qué tenemos que hacer. Después, dar a conocer que no somos niños con pataleta, sino que somos y hemos demostrado ser personas con ideales, criterio, ideas y palabra a las cuales deben respetar. Por otro lado, tenemos el deber de velar por la integridad del movimiento de todo aquel que quiera dañarlo o desprestigiarlo, de uno u otro lado, es por esto que llamar a tomarse la universidad no sería lo más adecuado en estos momentos, y si llegase a suceder, como industriales ir inmediatamente a cuidar lo nuestro, porque si no lo hacemos nosotros quién lo hará?

Al ser parte de este movimiento hemos asumido costos en pos de beneficios para todos y también un compromiso adjunto de ser íntegros y demostrar que no son simples caprichos por los que luchamos.

Por muchas formas y de distintos sectores han querido desarticularnos y aun no lo logran porque hemos conservado y defendido por sobre todas nuestras diferencias la democracia y la bandera de lucha que es lograr una educación mejor y de calidad para todo el país. No podemos permitir que todo este tiempo se nos vaya la tacho de la basura, debemos mantenernos formes como siempre, más aún ahora que de los extremos nos quieren perjudicar, vuelta a clases o toma, porque con eso rompemos nuestros tan valorados principios.

Este 29 de agosto será el día de inflexión para algunos, para nosotros debe ser el día en que ratificamos nuestra decisión y no permitiremos que se nos pase a llevar, porque somos más y tenemos una palabra que debe ser respetada.

sábado, 20 de agosto de 2011

Disculpas públicas de una de los ‘cincuenta weones que mantienen el movimiento’

A la comunidad:

Desearía pedir disculpas a la comunidad y a mis compañeros que después de dos meses y medio (casi 11 semanas), aparecen en las instancias de conversación y opinión a mayormente exigir de forma bien intransigente modificaciones al movimiento por motivos académicos, puesto que yo soy una, y cito, ‘de los cincuenta weones’ que mantenemos aun esta causa y estado de alerta y movilizaciones permanentes.

Disculpas por instalar en la sociedad una crítica con argumentos a un sistema educativo segregado, discriminador y poco equitativo que está en clara crisis porque no ayuda al más capaz, pobre o desvalido a superar sus limitantes económicas y hace cada vez más grandes las desigualdades de las que no tenemos elección como lo es la cuna en la que nos toca nacer.

Disculpas también por regresarles la conciencia a los ‘sin conciencia’ que ha habido por ya muchos años, por instalar el conocimiento, las dudas y distintas razones por las cuales debemos luchar, por nuestros derechos y por cosas más justas y equitativas.

Disculpas por trabajar con muchas personas en documentos de distinta índole para después argumentar y dar soluciones con bases legales, estadísticas, datos duros y hacer un petitorio ajustado a la realidad del país para aumentar, como consecuencia final, la calidad de vida de los chilenos.

Disculpas por estar más inmersos en la información concreta que las autoridades que hemos escogido democráticamente como nuestros representantes a nivel país, gobierno, diputados, senadores, alcaldes, entre otros. Por hacer el trabajo de ellos en pos de una pronta solución a los evidentes problemas que existen y han sido identificados hace tanto tiempo por diversas entidades nacionales e internacionales y hasta hace unos meses nada se había hecho al respecto.

Disculpas por mantener un movimiento por casi tres meses con solo los pocos resultados de, a la fecha, disminución de un 5,7% a un 2% en el interés del CAE, una superintendencia reguladora del lucro, aumento en las becas y créditos, que son ganancias para todos y sin distinción, los movilizados, los que no y los en contra.

Disculpas por no aceptar de tan buena forma estas medidas porque si bien son positivas solo son paliativas y no curativas puesto que aun no existe esa tan ansiada voluntad política para dialogar, conversar, intercambiar, negociar y estructurar una forma para solucionar todo lo que está sucediendo, no caer en la intransigencia por parte de nosotros y el resto de los actores y hacer una reestructuración de fondo y profunda al sistema.

Disculpas por nuestra intransigencia para no aceptar las pocas cosas que hemos ganado, por querer llegar hasta las últimas consecuencias: perder el semestre universitario, el año escolar, vacaciones, comida, arriesgarlo todo por un bien mayor.

Desearía pedir disculpas por todo esto y tantas otras cosas que se quedan en el tintero, pero sencillamente no puedo hacerlo porque después de casi tres meses de discusiones, conversaciones, diálogos, foros, charlas, asambleas, documentos, informes, petitorios, respuestas, se nos viene a insultar con la expresión ‘solo son cincuenta weones que mantienen esto’, por tanto los que no son parte de eso weones no merecen ni la más mínima disculpa. (Ven que está mal la educación?). Porque por esos mal llamados ‘cincuenta weones’ es que estamos acá, en la posición de ganar tantas cosas, tantas más que podemos lograr, porque se puede y se quiere. Como parte de este grupo solo me queda por decir que seguiré en la lucha por ese bien superior que beneficiará a todos hasta el final y cueste lo que cueste porque así se demuestra el respeto por todo lo realizado y esos sacrificios que dejarán de serlo cuando esto acabe y veamos nuestras metas cumplidas.


[Si eres parte de los ’cincuenta weones’ y te sientes identificado con esta carta, deja un post con tu nombre, carrera y curso y agregaré tu nombre a la lista.] (Se va actualizando continuamente)

Dislexia pura

Tanto tiempo y tan poco al fin y al cabo...

Estoy en paro indefinido hace casi 3 meses... mucho tiempo, que he invertido en cosas tan insignificantes, tan simples, tan tonta, tan básicas... algunas me dan vergüenza... otras me enorgullecen, otras me gustas y agradan... por qué no ser todo así?

Tan difícil es ser... quisiera ser tantas cosas... quisiera tener tan pocas... quisiera tener esas personas a mi lado... quisiera poder estar con ellas... con ellos... con esos... con estos... con él

Cosas lindas y bellas... cosas que son y no... cosas que quiero y cosas que llegan...

Bah! me quejo de llena... o sea... en realidad, no me quejo... pero ese pequeño detalle que no me deja ser... es el pequeño detalle que me tiene atrapada acá... acá donde todo es simple, porque así o quiero, menos eso... todo es limpio, porque así lo quiero, menos eso... todo es imperfecto y perfecto a la vez, porque así lo quiero, menos eso...

Por qué me falta eso? porque si yo quiero... cuesta tanto?... si es un error, porque no puedo cometerlo? me enorgullezco que no me pasan malas cosas, no me niego a las cosas, intento no discriminar, intento no hacer el mal... pero por qué? ah??

El eterno problema d emi vida, el único quizás... el único que me tiene a estas hrs despierta... y sin poder conciliar el sueño... ese sueño que me acompaña...

Además, tantas cosas en la cabeza por el mismo tema... que este... que el otro... el que no fue... el que puede ser pero no se porque no se da... ahhh!! el que estresa... el que está ahí...

Qué me falta? qué hace falta? qué necesito?

Desorden... lo que pensé... sin meditar... sin editar... dislexía pura...

domingo, 14 de agosto de 2011

La onda verde...

En la fila del supermercado, el cajero le dijo a una señora mayor que debería traer su propia bolsa de compras ya que las bolsas plásticas no eran buenas para el medio ambiente.

La señora pidió disculpas y explicó: "Es que no había esta onda verde en mis tiempos."

El empleado le contestó: "Ese es nuestro problema ahora. Su generación no tuvo suficiente cuidado para preservar nuestro medio ambiente."

Tenía razon -- nuestra generación no tenía esa onda verde en esos tiempos.

En aquel entonces, las botellas de leche, las botellas de gaseosas y las de cerveza se devolvían a la tienda. La tienda las enviaba de nuevo a la planta para ser lavadas y esterilizadas antes de llenarlas de nuevo, de manera que podían usas las mismas botellas una y otra vez. Así, realmente las reciclaban.

Pero no teníamos onda verde en nuestros tiempos.

Subíamos las gradas, porque no había escaleras mecánicas en cada comercio y oficina. Caminábamos al almacén en lugar de montar en nuestro vehículo de 300 caballos de fuerza cada vez que necesitábamos recorrer dos cuadras.

Pero tenía razón. No teníamos la onda verde en nuestros días.

Por entonces, lavábamos los pañales de los bebés porque no había desechables. Secábamos la ropa en tendederos, no en esas máquinas consumidoras de energía sacudiéndose a 220 voltios -- la energía solar y eólica secaban verdaderamente nuestra ropa. Los chicos usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre modelitos nuevos. Pero esa señora está en lo cierto: no teníamos una onda verde en nuestros días.

En ese entonces teníamos una televisión, o radio, en la casa -- no un televisor en cada habitación. Y la TV tenía una pantallita del tamaño de un pañuelo (se acuerdan?), no una pantallota del tamaño de un estadio.

En la cocina, molíamos y batíamos a mano, porque no había máquinas eléctricas que lo hagan todo por nosotros.

Cuando empacábamos algo frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no plastoformos o bolitas plásticas.

En esos tiempos no encendíamos un motor y quemábamos gasolina sólo para cortar el pasto. Usábamos una podadora que funcionaba a músculo. Hacíamos ejercicio trabajando, así que no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre pistas mecánicas que funcionan con electricidad.

Bebíamos de una fuente cuando teníamos sed, en lugar de usar vasitos o botellas plásticos cada vez que teníamos que tomar agua.

Recargábamos las plumafuentes con tinta, en lugar de comprar una nueva y cambiábamos las hojillas de afeitar en vez de echar a la basura toda la afeitadora sólo porque la hoja perdió su filo.

En aquellos tiempos, la gente tomaba el tranvía o un omnibus y los chicos iban en sus bicicletas a la escuela o caminaban, en lugar de usar a la mamá como un servicio de taxi de 24 horas.

Teníamos un enchufe en cada habitación, no un banco de enchufes para alimentar una docena de artefactos. Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales de satélites a kilómetros de distancia en el espacio para encontrar la pizzería más próxima.

Así que ¿no les parece lamentable que la actual generación esté lamentándose cuán botarates éramos los viejos por no tener esta onda verde en nuestros tiempos?

Envíele esto a otra persona mayor a la que piense que le hace falta una lección sobre conservación de parte de un pendejo

La Onda Verde